El valor de las emociones incómodas

valor emociones
Sentir miedo, tristeza o rabia no te hace débil. Las emociones incómodas también tienen valor. Te cuento por qué.

Consúltame

No sentirte bien no significa estar mal

Muchas veces tratamos nuestras emociones incómodas como si fueran errores que hay que corregir: tristeza que intentamos tapar, rabia que reprimimos, miedo que juzgamos. Aprendimos que estar bien es estar siempre tranquilo, contento, en control. Pero eso no es real.

Las emociones incómodas no son una señal de debilidad ni un fallo del sistema. Son parte esencial de nuestro mundo interno. Y todas, incluso las más intensas, tienen una función valiosa.

Todas las emociones tienen un sentido

Las emociones no aparecen por casualidad. Son respuestas adaptativas que nos ayudan a sobrevivir, conectar, protegernos o adaptarnos. Incluso cuando parecen irracionales, tienen una lógica emocional profunda.

Veamos algunas de las emociones básicas:

  • Tristeza
    Nos permite procesar pérdidas, soltar, conectar con la vulnerabilidad y pedir consuelo. Por eso el cuerpo se ralentiza: para recogernos.

  • Miedo
    Nos prepara para protegernos ante lo que percibimos como una amenaza. Aumenta el ritmo cardíaco, se tensan los músculos, el cuerpo se pone en alerta. No es debilidad, es supervivencia.

  • Ira
    Activa energía para defender nuestros límites, proteger lo que nos importa o señalar una injusticia. Sentir rabia es sano; lo que importa es cómo la expresamos.

  • Alegría
    Nos empuja a acercarnos a lo que nos hace bien, refuerza los vínculos y nos da descanso emocional. No es el objetivo final, sino parte del camino.

El cuerpo expresa cada emoción de forma distinta porque cada una cumple una función distinta.

¿Y si parecen demasiado?

A veces las emociones son muy intensas, aparecen en momentos inesperados o parecen desproporcionadas. Pero eso no las invalida. Su intensidad suele tener más que ver con la historia emocional que llevamos dentro que con el hecho puntual que las dispara.

Detrás de una reacción fuerte suele haber una necesidad no escuchada, una herida antigua, una situación acumulativa. Validar lo que sentimos es el primer paso para entenderlo y manejarlo mejor.

Sentir no es lo mismo que actuar

Aceptar una emoción no significa actuar según ella. Puedo sentir rabia y no gritar. Puedo sentir tristeza y aún así seguir con mi día. Puedo tener miedo y elegir avanzar.

El objetivo no es evitar sentir, sino aprender a estar con lo que sentimos sin que nos arrastre. Ahí es donde aparece la verdadera fuerza emocional.

Si estás en un momento donde lo que sientes te abruma o te desconcierta, recuerda: no hay emociones equivocadas. Solo experiencias que necesitan ser comprendidas. Si lo necesitas, puedo ayudarte a traducir lo que estás sintiendo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Patricia Vílchez Las Heras.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Ir al contenido