¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo, lo que significa que su origen es neurobiológico y no psicológico. Suele manifestarse en la infancia y puede mantenerse en la edad adulta si no se aborda adecuadamente.
Los tres síntomas principales del TDAH son: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.
En España, la prevalencia del TDAH en niños y adolescentes ronda el 5%. Es más común en niños que en niñas, aunque probablemente está infradiagnosticado en niñas, ya que los síntomas que ellas presentan suelen ser menos evidentes (especialmente los de hiperactividad e impulsividad) y por tanto pasan más desapercibidos para el entorno.
Es importante no confundir el TDAH con comportamientos propios de un desarrollo normativo. Todos los niños y niñas pueden tener momentos de distracción, inquietud o impulsividad, especialmente en determinadas edades o situaciones. Lo que diferencia al TDAH es la intensidad, frecuencia y persistencia de estos síntomas, así como su impacto en el día a día.
Tipos de TDAH
El TDAH puede presentarse de distintas maneras, según el predominio de los síntomas:
De tipo inatento: los síntomas de hiperactividad e impulsividad son poco relevantes o están ausentes.
Predominio hiperactivo-impulsivo: se manifiestan conductas motrices excesivas y gran impulsividad, sin déficit de atención significativo.
Combinado: se presentan tanto síntomas de inatención como de hiperactividad e impulsividad.
¿Cómo se manifiesta el TDAH?
La persona con predominio de déficit de atención: se distrae con facilidad, tiene dificultades para concentrarse y mantener la atención en tareas poco motivantes, evita o procrastina tareas que requieren esfuerzo mental sostenido, tiene problemas para planificarse y organizarse, comete despistes, pierde objetos, se olvida de tareas, presenta dificultades para completar tareas complejas o seguir secuencias, puede presentar hiperfocalización en actividades que le resultan altamente motivantes, pero de manera irregular y no voluntaria.
La persona con síntomas de hiperactividad e impulsividad: se mueve en exceso o en contextos donde se espera quietud, muestra inquietud motora, habla mucho y con escaso filtro, interrumpe conversaciones, hace comentarios fuera de lugar, le cuesta esperar su turno o hacer colas, tiene dificultades para participar de forma calmada en actividades tranquilas, se mueve por los espacios sin justificación clara, como si estuviera siempre “en marcha”, actúa sin pensar en las consecuencias, incurriendo en conductas de riesgo o tiene problemas para regular sus emociones, reaccionando de manera intensa y rápida.
Causas del TDAH
El TDAH tiene un origen multifactorial, con una fuerte base genética y neurobiológica. No está causado por el estilo educativo, aunque el entorno puede influir en cómo se manifiestan o se gestionan los síntomas.
Mi enfoque terapéutico
En mi consulta, no realizo evaluaciones diagnósticas, pero sí integro la información procedente de informes diagnósticos previos con mis entrevistas, cuestionarios, observación clínica y, cuando es necesario, colaboración con otros agentes implicados (familia, escuela, etc.) para llevar a cabo la intervención.
La intervención psicológica se basa en una combinación de enfoques:
Trabajo psicoeducativo con la familia y/o el entorno escolar para favorecer la comprensión y el acompañamiento del niño o adolescente.
Terapia cognitivo-conductual adaptada a cada etapa evolutiva para entrenar habilidades de autorregulación, planificación, organización y habilidades sociales.
Intervención emocional para fortalecer la autoestima y entrenar la gestión de emociones, en especial la frustración.
En casos de TDAH en adultos, también abordo el impacto acumulado de un posible diagnóstico tardío y sus consecuencias en la vida laboral, emocional y relacional.
Trabajo desde un enfoque individualizado, respetuoso y realista, que tenga en cuenta tanto las dificultades como los recursos y fortalezas de cada persona.
Importancia de la detección y el diagnóstico
Un diagnóstico temprano permite poner en marcha una intervención que ayude al niño o niña a desarrollar sus capacidades, mejorar su rendimiento académico, preservar su autoestima y favorecer unas relaciones sociales y familiares saludables. Un diagnóstico tardío puede derivar en fracaso escolar, problemas de autoestima, conflictos familiares, dificultades sociales y mayor vulnerabilidad emocional.
Aun así, nunca es demasiado tarde para intervenir. Hoy en día, muchas personas adultas descubren en terapia que sus problemas de atención, organización o gestión emocional tienen relación con un TDAH no diagnosticado en la infancia, y con una intervención adecuada pueden mejorar significativamente su bienestar y funcionamiento diario.
Además, es importante una evaluación profesional rigurosa, ya que existen diversas condiciones que pueden solaparse o confundirse con el TDAH como por ejemplo: dificultades emocionales (ansiedad, trauma, depresión…), altas capacidades intelectuales, trastornos del espectro del autismo (TEA) o trastornos específicos del aprendizaje (como dislexia o discalculia).
Por eso, el diagnóstico debe realizarse por profesionales con formación especializada y con una mirada integral que tenga en cuenta el desarrollo, el contexto y la historia de la persona.
FAQ
¿El TDAH solo afecta al rendimiento académico?
No. El TDAH también puede impactar en la autoestima, en las relaciones familiares y sociales, en la gestión emocional y en la autonomía personal. A menudo, las dificultades emocionales derivadas del TDAH tienen un peso igual o incluso mayor que las académicas.
¿El tratamiento psicológico puede sustituir la medicación?
Depende del caso. En muchos casos, la intervención psicológica es suficiente, especialmente cuando el entorno colabora y los síntomas no son graves. Sin embargo, en situaciones más complejas, el tratamiento combinado con medicación puede ser lo más eficaz. La decisión siempre debe ser individualizada y coordinada con profesionales especializados.
¿Puede un niño con TDAH tener buen comportamiento en casa y mostrar problemas solo en la escuela (o viceversa)?
Sí. El TDAH no se manifiesta igual en todos los contextos. Algunos niños compensan en casa lo que les cuesta en el colegio, y otros al revés. Por eso es fundamental una evaluación que tenga en cuenta diferentes entornos.
¿El TDAH puede desaparecer con el tiempo?
Los síntomas pueden modificarse con la edad, pero en muchos casos persisten en la adultez, aunque con otras formas de expresión. No es que el TDAH “desaparezca”, sino que la persona aprende a gestionarlo mejor, sobre todo si ha recibido apoyo adecuado.
¿Los castigos o normas estrictas pueden “corregir” el TDAH?
No. El TDAH no se trata con castigos. Las intervenciones más eficaces se basan en el acompañamiento, la comprensión del trastorno, la regulación emocional, y el uso de estrategias que ayuden a la persona a desarrollar sus habilidades de forma positiva y sostenida.